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  • Foto del escritorPilar Álvarez

El camino de las flores.

¿Qué os transmite esta imagen?

Se trata de una práctica delicada y elegante donde la naturaleza es la base de estas piezas esculturales, que son famosas por su simplicidad. Hablamos del arte japonés de Ikebana, (ike (生ける, colocar) y bana (花, flor) un arte estrechamente relacionado con la cultura nipona, la arquitectura de la naturaleza, también conocido como kadō o "el camino que recorren las flores".


La relación entre los materiales, el estilo de los arreglos, el tamaño, la forma, la textura, el volumen, el color del recipiente, y el lugar y la ocasión para su presentación, son todos ellos factores importantes para su concepción. Es mucho más que una cuestión decorativa, se trata de un ejercicio de reflexión y contemplación.

Con el paso de los años el Ikebana evolucionó, se crearon diferentes escuelas y estilos tales como el Tatebana y el Moribana, ambos con variaciones y reglas más o menos estrictas, incrementando cada vez su nivel de disciplina y significado.


Para que los artistas o aprendices puedan crear uno, existen varias reglas, la primera y más importante es el silencio absoluto, incluso muchos practican la meditación, ya que es necesario que la persona esté conectada con la naturaleza y el entorno que lo rodea. La segunda, alejarse de cualquier distracción y observar detenidamente el comportamiento de los árboles, las flores, el agua, el viento... y por último sentirse en paz y en sintonía con el entorno.


SHIN, SOE, TAI

La parte más importante de una composición Ikebana es el tallo principal. Este tallo representa al cielo (Shin). Debe ser el centro de la composición, el protagonista, será el que marcará la altura máxima. El segundo tallo simboliza al hombre (Soe). Debe ser de unos dos tercios de altura con respecto al tallo principal y debe estar colocado por delante del mismo de manera inclinada. Por último, el tercer tallo simboliza a la tierra (Tai), debe estar colocado ligeramente hacia el lado opuesto de los dos primeros.


La elección del recipiente es mucho más importante de lo que parece. Debe ser amplio, y de una altura que permita introducir la base de inserción y cubrirla de agua. El color del recipiente ha de ser escogido en función del tipo de composición que vayamos a hacer y debe permitir que se refleje la composición en el agua, esto simboliza la frescura, la vida y las estaciones más cálidas del año.

A la hora de escoger los elementos de nuestra composición, debemos respetar al máximo la forma o "el camino natural" que lleva esa rama o ese tallo, sin modificarlo ni forzarlo. Si se altera algún detalle de la rama o el tallo, cortando alguno de sus brotes, será únicamente porque con ello vamos a destacar aún más su forma, su camino.



¿Qué os parece? Os animo a que probéis y luego lo comentamos.

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